Como podar arbol de jade
Planta de jade sana
¿Estás listo para conseguir una planta de jade tupida y un tronco más grueso? La poda es la clave. Así es: una práctica de jardinería consagrada que ayuda a los árboles, arbustos y plantas ornamentales a mantenerse sanos y en forma. También es ideal para mejorar la salud y el tamaño de tu planta de jade de interior.
La poda puede ser intimidante, especialmente si es la primera vez que podas esta popular planta suculenta de interior, pero estamos aquí para asegurarnos de que evitas los errores comunes al podar (con cuidado). Es posible que quieras podar tu planta de jade por diferentes motivos: para propagarla, para deshacerte de las plantas que crecen a pata suelta o simplemente para que crezca más tupida, con tallos más gruesos y un follaje más exuberante. Sea cual sea tu objetivo, hay algunas cosas esenciales que debes tener en cuenta antes de coger las tijeras.
Podar una planta de jade es importante para mantenerla sana y con el mejor aspecto posible. La poda ayuda a estimular nuevos brotes, eliminar ramas muertas o dañadas y evitar que la planta crezca demasiado. Para podar una planta de jade correctamente, es importante utilizar tijeras de podar limpias y afiladas, recortar las ramas lo más cerca posible del nudo y cortar por encima de uno de los anillos marrones que rodean el tallo.
Cómo cortar la planta de jade para su propagación
Las plantas de jade son plantas resistentes y encantadoras y, como son tan fáciles de cultivar, algunas pueden crecer hasta un tamaño en el que sea necesario podarlas. Aunque en realidad las plantas de jade no necesitan podarse, saber un poco sobre la poda de plantas de jade puede mantener una planta de un tamaño aceptable. A continuación encontrará consejos sobre cómo podar una planta de jade correctamente.
Lo primero que debe tener en cuenta a la hora de decidir si debe podar su planta de jade es preguntarse: ¿realmente necesita podar su planta de jade? Normalmente, la poda de las plantas de jade sólo se realiza en las plantas más viejas y crecidas. Podar las plantas de jade no es necesario para la salud de la planta y sólo se hace por razones estéticas. Tenga en cuenta que cada vez que poda una planta la expone a posibles daños bacterianos, que podrían debilitarla o incluso matarla. Aunque el riesgo de que se produzcan daños al podar una planta de jade es mínimo, hay que tenerlo en cuenta a la hora de decidir si es realmente necesario podarla.
Si su planta de jade necesita ser podada, empiece por imaginarse mentalmente qué ramas le gustaría eliminar. Al podar una planta de jade, nunca debe eliminar más del 20-30% de las ramas de la planta.
Tierra vegetal de jade
Las plantas de jade son bastante resistentes, lo que significa que son bastante fáciles de cultivar y necesitan muy pocos cuidados y mantenimiento. Sin embargo, cuando una planta de jade empieza a crecer, es posible que haya que podarla, aunque no siempre es necesario.
Conviene recordar que cada vez que se poda una planta, se la expone a una posible infección bacteriana que podría debilitarla o, en algunos casos, incluso matarla. Cuando se trata de podar una planta de jade, el riesgo de daño bacteriano es mínimo, pero aun así merece la pena tenerlo en cuenta antes de decidir podar la planta.
Antes de elegir qué ramas eliminar, hay que tener en cuenta que cuando se poda una rama de una planta de jade, ésta muere hasta el siguiente nudo (donde crecen las hojas de la rama). Cuando podes una planta de jade, normalmente crecerán dos ramas nuevas desde donde está el nudo.
Una vez que hayas decidido qué ramas vas a podar, coge unas tijeras de podar limpias y afiladas para recortar las ramas elegidas. Recorta cada rama hasta el nudo más cercano, para facilitar el nuevo crecimiento. Si piensas eliminar una rama por completo, pódala de modo que el corte quede al ras de la rama principal.
Poda dura de la planta de jade
La planta de jade es una suculenta fácil de cultivar que almacena agua en sus hojas, tallos y raíces. Se ha utilizado como planta ornamental de interior en todo el mundo y como planta paisajística en climas templados. Es una buena planta de interior, ya que crece bien en el reducido espacio radicular de las macetas, es de crecimiento relativamente lento, le gustan las condiciones cálidas y secas de la mayoría de los hogares y tolera el abandono.
En su hábitat nativo, C. ovata crece como un pequeño arbusto redondeado de hoja perenne (hasta 1,80 m) en laderas rocosas y secas. Tiene muchas ramas cortas, gruesas y suculentas sobre un tronco de aspecto nudoso, lo que sugiere una gran edad incluso en los ejemplares jóvenes. En las plantas viejas, la corteza se desprende del tronco en bandas horizontales de color parduzco.
Las hojas, lisas, redondeadas, brillantes y con forma de huevo, miden de 1 a 3½ pulgadas de largo y de ¾ a 1½ pulgadas de ancho, y nacen en pares opuestos, cada par en ángulo recto con el par siguiente. Tienden a agruparse en los extremos de las ramas, en lugar de estar espaciadas uniformemente a lo largo de ellas. Las hojas, verdes y carnosas, deben estar ribeteadas o teñidas de rojo cuando se cultivan con suficiente luz. Los tallos nuevos también son verdes y muy suculentos, igual que las hojas, pero se vuelven marrones y leñosos al madurar. Las hojas inferiores caerán lentamente de forma natural. Si las hojas se queman -por quemaduras solares, daños por insecticidas o heladas-, las hojas dañadas morirán y se caerán, pero brotarán hojas nuevas.